LIC. ROBERTO MAGDALENO RAMÍREZ
VICEPRESIDENTE Y GERENTE GENERAL DEL EQUIPO MONTERREY
NOMBRADO POR LA LIGA MEXICANA: EJECUTIVO DEL AÑO 2007
PARTE I
Estimados hermanos Latinos:
Con el correr de los años veo a la política y religiones con indiferencia y desdén ya que no hacen nada por los oprimidos. Los grandes capitalistas, siempre existirán, pero su riqueza termina con la muerte, como la de cualquier ser humano; sus descendientes, un día serán parte de los pobres. Nada es inmortal ni siquiera nuestro dios sol.
Lo único con lo que se libera el hombre es con la ciencia y a ésta tratan de atajarla los estáticos.
Esperemos encuentren la Higgins Boson Particle.
Los hechos e historia los forman vencedores y tratan de deslumbran a la opinión pública con pequeños actos, y no dan a conocer capítulos completos.
Por ejemplo: la batalla ganada en Puebla el 5 de mayo de 1862, celebrada internacionalmente, no da a conocer que un año después Puebla fue tomada por los franceses.
Y que sus Generales; Negrete, Jesús González Ortega, Felipe Berriozábal y Porfirio Díaz, fueron apresados y llevados a Francia.
Me encantó leer a Enrique Dussel que dice: “Los que mandan, mandan obedeciendo”. Así son nuestras autoridades.
LIC ROBERTO MAGDALENO RAMÍREZ
VICE PRESIDENTE Y GERENTE GENERAL DEL EQUIPO MONTERREY
NOMBRADO POR LA LIGA MEXICANA: EJECUTIVO DEL AÑO 2007
Por el Dr. Jaime Cervantes Pérez
Al frente, de Izq. a Der.: Dr. Jaime Cervantes, Lic. Roberto Magdaleno Ramírez, Ing. José Maiz,
Comandante Felipe Moreno Buentello y Lic. Ricardo Velázquez Jr.
Dr. Cervantes.- Licenciado, ¿en dónde nació usted?
Lic. Magdaleno.- Yo nací en Atzcapotzalco, Municipio del Distrito Federal, en noviembre de 1952, tengo 55 años de edad y 29 de béisbol; mi familia es petrolera.
Mi papá era jefe de departamento de PEMEX, siempre me hablaron muy bien de él. Como a los 3 años y medio de edad, al brincar una barda me fracturé la tibia izquierda, me acuerdo que mi papá me hizo un carrito chiquito de madera con baleros, en él me sacaba a pasear y en este mismo me pusieron el yeso. Tengo dos recuerdos muy marcados de mi papá; uno que me llevó una vez a un juego del Seguro Social como a los tres años 7 meses y el otro cuando llegó del trabajo enfermo; no tomaba, ni fumaba; un día estábamos jugando allá en el jardín de la casa, de repente veo que se para un carro y que traen colgando de los brazos a mi papá como si anduviera completamente ebrio, se me hizo muy raro. Me levanto para ir a ver y pregunto qué le pasa a mi papá y me dicen: está malísimo, trae un dolor en el estómago.
Me fui corriendo por mi mamá que andaba a tres calles arriba en el mercado comprando el mandado y le dije que había llegado mi papá muy enfermo ella corrió, la pobre llorando, lo llevamos al hospital, desgraciadamente ya no volvió a salir de el.
Le hicieron un mal diagnóstico y le dieron tratamiento y al final se supo que tuvo oclusión intestinal acompañado de una peritonitis y ya no la libró; por un error. Son las cositas que recuerdo mucho, mi papá nos hizo mucha falta.
Cuando murió yo iba a cumplir 4 años, éramos 7 hermanos, el más chico tenía 10 meses y el más grande tenía 11 años.
Mi mamá prácticamente vivió nada más para nosotros, fue muy duro, no éramos solventes, batallábamos mucho.
A mi mamá le costó mucho trabajo entrar a PEMEX; no se volvió a casar, tuvo oportunidad pero ya no quiso enlazarse, se dedicó a nosotros.
Después de salir de trabajar, cocía en las tardes, cuando no agarraba otro turno. Entonces fue un ejemplo, me dio muchos valores que eso es lo que me satisfizo, de honestidad, lealtad, confianza; todo eso me fue llenando de mucho orgullo, igual que a mis hermanos.
Yo no soy una persona que está buscando el halago, trato de poner siempre los pies en la tierra, lo más humilde posible, yo se que el ego es muy canijo a veces pega, entra y llena los pensamientos, pero trata uno de dominarlo tener esa humildad, ese reconocimiento y agradecer a esas personas que te ayudaron e influyeron en ti para que pudieras ser alguien.
Por eso dice uno, todo el tiempo estoy en la oficina y les hago falta a la familia, no comparto los alimentos con mis hijos, y cuando llego ya se acostaron porque se van temprano a la escuela, siento que los abandono un poquito y eso es lo que a veces a uno lo hace recapacitar, porque hay algo de vacío, de repente uno puede decir, no los aproveché no los disfruté.
Tengo 3 hijos, uno está estudiando administración, el otro está en la Preparatoria y el otro está en la secundaria 20, 19 y 14 años, y ahí van.
El béisbol es muy absorbente y si se quiere que las cosas se den bien tiene uno que darle mucho espacio.
Dr. Cervantes.- Se que es usted profesionista.
Lic. Magdaleno.- Soy Licenciado en Administración, terminé la carrera en la UNAM, yo nunca fui un estudiante brillante porque mucho de mi tiempo, lo dedicaba al deporte.
La figura paterna siempre es necesaria e importante yo anduve mucho tiempo suelto, pues mi mamá trabajaba en las tardes y eso me daba mucho tiempo de andar en el fútbol, balero, canicas, en la calle el tochito, todos los pasatiempos que había en México los jugábamos.
En la Colonia Petrolera teníamos centros deportivos de básquetbol, fútbol, una alberca, atletismo, béisbol.
Con mis hermanos que son mayores que yo, casi siempre íbamos en las mismas escuelas, y nos tocaban los mismos maestros. Yo era muy inquieto en los salones, siempre me pegaban unas regañadas.
Había un maestro que fue muy importante para mí, me marcó mucho, y al final nos hicimos muy amigos. Cuando yo crecí, lo visitábamos porque era una persona muy preparada pero en ese tiempo me disciplinaba mucho, cuando nos portábamos mal o cuando me veía inquieto o atrasado en las clases, hasta me hacía llorar y me decía:
- No te da vergüenza, tu mamá rompiéndose el lomo para sacarlos adelante y tú perdiendo el tiempo -Yo pensaba, tengo que salir adelante -
Me tocó estar un año en la vocacional del politécnico y luego ya me fui para la universidad, empecé a trabajar, estuve en la Prepa Nueve en Insurgentes.
Posteriormente me fui a la facultad de administración, los estudios anteriormente era licenciado en administración de empresas y en ese tiempo estaban tratando de buscar especializaciones salías como licenciado en administración y ya agarrabas tú un área determinada, que mercadotecnia o la tributaria u otras cosas y yo agarré la de recursos humanos.
Antes de terminar la escuela tuve invitación en dos ocasiones para jugar béisbol profesional, primero por parte de Ricardo Corazón de León Garza, como le decían. Me quiso llevar para Puebla y yo estaba batallando como repito, mucho con mi rodilla.
En ese tiempo en el béisbol amateur, existía el reglamento de que si tú firmabas un contrato para el béisbol profesional aunque no pisaras ningún campo profesional tú eras profesional.
Yo quería jugar béisbol profesional era una ilusión para mi muy grande, le pedí a Ricardo que la organización me hiciera un estudio, me revisara mi rodilla y me dijera si yo podía jugar a diario, y entonces firmaba.
No quisieron porque la organización sólo podía revisar a jugadores que ya estuvieran firmados.
Eso me dijo y como que fue una luz para decirme: ¡hey termina tu carrera!
Ya en el Club israelita Sergio Clayderman en invierno jugaba, softbol con nosotros; tenía el equipo de Tampico, me vio jugar y quería que firmara con él.
Estamos hablando como del año 76, entonces no quise yo, porque ya me había decidido a terminar la carrera.
Siempre me quedó ese gusanito de haber podido jugar béisbol profesional; sin embargo siempre dios me pone en un camino y nunca me imaginé que yo pudiera entrar al béisbol profesional de alguna manera.
Como jugador no entré, pero si como directivo.
Dr. Cervantes.- ¿Que tiempo de casado lleva usted?
Fui muy fiestero en León, en Yucatán fui más tranquilo, pues Plinio era un trabajador compulsivo también y trabajamos hasta muy tarde; sin embargo tiene uno sus oportunidades, en Guaymas existí. Pero en Ciudad Juárez empezó a salir el rey de la noche y empezaron las fiestas, el primer año que salimos campeones uno estaba como mago ahí y lo atendían a uno como rey conocí a muchas gente de softbol, entonces tenía muchas amistades, muchas relaciones, tuve fiestas pero al mismo tiempo de repente como que decía, ya párale, ya frénale. Ahí conocí por una coincidencia a la que es ahora mi esposa Malú, ella trabajaba en la Rectoría en un Departamento Académico. En una ocasión fui a ver al Rector con un amigo que estaba de asesor de él, la conocí en el 84 en Ciudad Juárez y muy drásticamente, entró ahí la flecha de cupido.
En otra ocasión iba a oír una conferencia de Heberto Castillo, a mí me gustaba cómo hablaba, que en paz descanse, le digo a mi señora que él fue el causante de mi desgracia.
Había, en la explanada de Rectoría una como reunión y volví a ver ahí a Malú y pues ahí ya empezó la relación, empecé a salir con ella y después de que me escabullí por tantos años a los tres meses de conocerla me casé, a la edad de 32 años, ya se me estaba yendo el camión.
Dr. Cervantes.- Entonces usted ha de saber bailar bien, y ¿qué es lo que más le gusta?
Lic. Magdaleno.-Mucha salsa, rock and roll, blues, la música clásica, obviamente me gusta mucho cantar las rancheras; toda la música me gusta.
Dr. Cervantes.- Si, si pero usted debe saber bailar bien.
Lic. Magdaleno.- Pues si, más o menos.
Dr. Cervantes.- Dicen que el que sabe bailar, sabe caminar por la vida.
Lic. Magdaleno.- La verdad es que la música es la alegría del alma, eso es lo que le da vida a uno también, porque hay momentos de tristeza y la música te aliviana, y hay momentos de mucha alegría y la música te calma, hay que saberla apreciar, hay que pagar muchas facturas porque por la rodilla dejé de jugar béisbol, softbol y ahora ya no es mucha la condición física.
Dr. Cervantes.- ¿cuando empezó a jugar béisbol?
Era un sábado, mi mamá me pidió que le llevara el desayuno a PEMEX y entonces estaba algo retirada la casa del trabajo, tenía uno que tomar un camión pero también antes se acostumbraba mucho a caminar largas distancias en México y no había problema. En el camión fui y me quedé un rato en su oficina y luego ya iba de regreso y pues decidí irme caminando en lugar de tomar el camión y quedarme yo con 30 centavos que era el costo del pasaje, y pensé, mejor me los ahorro y me voy caminando.
En el trayecto estaba el parque de la Liga Petrolera de béisbol y entonces cuando voy pasando oigo mucho ruido de porras y las familia y todo ese rollo y entonces me meto a ver qué estaba pasando y estaban terminando un partido como en la última entrada, voy y me siento del lado de la tercera base, arriba del dug out y estaba solo con la porta vianda viendo el juego, y da la casualidad que ese equipo de la tercera base que se llamaban Los Periquitos me acuerdo mucho ganaron ese partido, entonces pues el festejo estaba en grande como yo ya llegué a lo último, me entró la curiosidad, pero yo tenía muchas ganas de jugar béisbol mi hermano mayor el segundo era buenísimo para jugar béisbol yo iba con él a sus juegos pero nunca fui a una Liga Pequeña hasta ese día.
En la casa él me daba rollings y ahí fue como iba aprendiendo.
Como había otro juego me dije: voy a esperar de una vez al siguiente partido, entonces uno de los niños ahí cerca de donde yo estaba, festejaba el triunfo, el entrenador les daba un sándwich y su coquita, entonces yo con todas las ganas de estar conviviendo con ellos; creo que eso se lo transmití al entrenador porque como que le llamé la atención, se me quedó mirando, me habló y me dijo:
- Qué pasó chavalo, ¿con quién juegas tú? –Y le dije –
- Yo no juego con nadie.- y me dijo
- ¿No quieres jugar?
- Como no encantado de la vida.
-Pues vente a entrenar el lunes a las 4 de la tarde, ¿a qué horas estudias?
- En la mañana.-
Yo estudiaba en la tarde y estaba más puesto que un calcetín, me acuerdo mucho que en esa Liga abajo de la tribuna había un área en donde se ponían todos los uniformes colgados y abajo estaban todos los zapatos tirados así sueltos, entonces uno usaba las cosas conforme uno llegaba. A veces uno llegaba, buscaba unos zapatos del número tres y había dos izquierdos y así como caía se los ponía uno. Lo mismo pasaba con el uniforme.
Tenia casi 11 años Llegue al entrenamiento y a correr y empezaron a verme tirar y lo hacia mas o menos apropiado, tenía buen brazo y agarraba bien.
- Es uno nuevo, más o menos sabe jugar, comentaron.
- Te quedas con el equipo y mañana te vienes a entrenar otra vez.
Entonces ya no pude ocultar y les dije:
- Sabe que, discúlpeme pero ya no voy a poder venir porque le mentí, la verdad es que yo estudio en la tarde y me vine de pinta.
Y nada más se rió el entrenador y me dijo:
- No te preocupes.
Claro había juegos a las 10 de la mañana así que regrese otro día a las 8:30, me puse a calentar con el entrenador y me enseñó un poco más a batear. Ahí empecé a hacer mi carrera en la Liga Petrolera de Béisbol, me acuerdo mucho porque de ir a llevar un desayuno se fueron dando todas las cosas.
Por ahí estaban los entrenadores Leo Rodríguez, Ricardo Garza, Avestruz Rivera.
Zeferino Sánchez, Carlos Garza, Edgar Tiburcio, Héctor Barnechea, jugaban con nosotros se hizo una cosa allá en la petrolera muy muy bonita.
Después ahí empecé a jugar softbol, obviamente Tito Florencia era el máximo softbolista de México, el único latino que estaba en el Salón de la Fama de Estados Unidos, cosas muy bonitas, muy bonitas.
Dr. Cervantes.- ¿En qué equipos estuvo usted?
Jugué mucho tiempo fútbol soccer, básquetbol a los 11 años comencé a jugar en la Liga Petrolera béisbol, por ahí estaba Polito Becerril que entrenaba a Tilingos, jugué en la Tolteca, regresé a jugar básquetbol y ahí me lesioné la rodilla y después fue que otra vez me tuve que involucrar al béisbol; claro siempre lo he querido y siempre lo he jugado.
De los 14 a los 18 o 19 años más o menos, estaba siempre ocupado en básquetbol, jugué a gran nivel con jugadores que estuvieron en las olimpiadas como Arturo el Pitos Guerrero, Manuel Raga, Antonio Guzmán, Flecha Zaragoza, Carlos Pontian.
Me tocó convivir con varios de ellos en un equipo que tenía Alonso Pérez que era militar. Estaba sacando mi cartilla y me dijo yo te apoyo pero vente a jugar conmigo básquetbol y pues da la casualidad que en ese equipo de básquetbol estaba Julio Guerrero, Ricardo Pontian, Alejandro Guzmán, puro estrella de la selección mexicana, entonces en lugar de irles a dar la mano tuve la oportunidad de tener una convivencia con ellos.
Con una lesión en la rodilla tuve que alejarme del básquetbol ya que yo brincaba mucho, hacía muchos pases con la rodilla lesionada, tuve que salirme e ir a jugar béisbol, en la Liga Metropolitana, en el equipo Mueblería el Salto, con Mario Saldaña que fue mi manager y ahí jugaban Houston Jiménez de hecho él tenía 16 años y yo tenía 21 años ahí cuando yo jugaba tercera y Houston cátcher; hasta la fecha somos grandes amigos y él fue el que me empezó a ayudar, a proyectar y promover, en ese equipo ganamos varios campeonatos en la Liga Metropolitana, me tocó un año como manager en 1978. En ese año estuve con Mario Saldaña de Coach, en un campeonato mundial infantil y se jugó en el Palacio de los Deportes y ganamos ahí el campeonato, que fue una locura; en uno de esos juegos nos tocó ir a jugar al Seguro Social porque ya no cabía la gente en el Palacio de los Deportes y casi lo llenamos.
Después de ser campeón de esa competencia mundial infantil, se hizo un campeonato mundial juvenil en Argentina y Miguel Oropeza que era el manager de la selección Mexicana me llevo de coach.
Fue muy complicado, llevamos un gran equipo, solo ganamos un juego, fue a Argentina con un error y squeeze play; pobre pitcher se le fue la bola por abajo si no todavía estaríamos jugando.
De regreso a México, una gran parte de esos jugadores se volvieron profesionales. A Mario Saldaña se lo llevaron los Tigres como manager.
En el parque del seguro social solamente jugábamos en invierno, ya que en el verano estaba la Liga Mexicana.
Uno de de los niños que jugaron el campeonato mundial para la selección se llamaba Rubén Scobesh y su papá se llamaba Isaac Scobesh que era un hombre tremendo, excelente persona con una gran familia.
Él compró al equipo Alijadores de Tampico, cuando estaba Héctor Espino allí en 1978.
Este equipo se lo vendió a Sergio Cleiman Stein, se lo llevó a León y Mario Saldaña se fue de gerente, y me llevó como Subgerente, ahí fue en donde empecé yo a hacer mi carrera como profesional, hablamos de noviembre de 1978, ahí fue prácticamente mi bautizo.
Mario necesitaba una persona de confianza y yo era una persona muy cercana, él y su familia me querían mucho; cuando me invitó le dije que si inmediatamente. Yo pensaba que iría con él a donde fuera, a donde él quisiera.
Cuando ya empezamos a hablar de dinero me dijo que me iba a pagar en ese tiempo $12,000.00. Pero yo ganaba como $20 mil pesos y estaba en mi casa sin gastos ni nada, le dije nada más que yo voy a perder mucho de lo que estoy ganando, por qué no me aumentas un poco más y me dijo: es que José Luis Gutiérrez que es Subgerente del Tigres es el que más gana y gana 16 mil pesos entonces no puedo darte ni lo mismo ni más que él y me subió a 14 mil pesos.
En León tenía que pagar mi hospedaje y alimentación, me la pasé muy pesada, pero soltero no es tanto problema, entonces vivía en casa de asistencia, de esas antiguas, como de 6 o 7 cuartos y éramos como unas 25 o 30 gentes, yo tenía un cuartito y a un lado estaba otro, nada más estaban separados por mamparas (canceles) lo que platicaba aquí se oía por todos lados, comíamos todos juntos, fue una experiencia bonita.
Luego me cambié a otra casa en León por donde está el Restaurante Taurino, una casa con cuatro recámaras, en una un jugador, en otra un contador y la única recámara que tenía baño, era la mía; ya se imaginarán, todo el mundo iba para allá. Muy padre, económicamente siempre apretado pero la satisfacción de estar empezando a trabajar y como les digo siempre a los muchachos que quieren llegar a ganar grandes cantidades, al principio tienen que sacrificarse, batallar y eso les va formando carácter, porque cuando consigues todo fácil desde un principio, no le das valor a las cosas.
A mitad de temporada del 79, Plinio Escalante le pidió a Mario Saldaña que yo me quedara de gerente en Yucatán. Jugaba softbol con la selección mexicana y en ese momento yo tenía una invitación para el campeonato mundial juvenil en Tacoma, Washington, de primera fuerza y le pedí a Plinio que antes de ir a Yucatán me diera la oportunidad de ir a ese campeonato mundial, porque era una ilusión para mí y me lo concedió.
Desgraciadamente cuando regresé del campeonato mundial fue cuando vino el problema de la huelga de la ANABE en 1980.
Entonces pues ya me tocó estar con Plinio. En esa Liga había 20 equipos, solo se quedaron 6 equipos.
Me tocó armar el equipo de Yucatán en noviembre del 80, aquí empezamos a trabajar los drafts, la selección y contratación de jugadores.
Me quedé en 1981 con Plinio y los Leones de Yucatán, curiosamente ahí inicié como gerente de Yucatán y ahí me toco ir con Monterrey a jugar las últimas dos finales.
A mitad de temporada del 80, la Cervecería Cuauhtémoc a través de Jesús Carmona iban a comprar el equipo de Guaymas de la Liga del Pacífico, entonces querían que yo fuera el Vicepresidente, hablaron con Plinio y éste estaba ya con ciertas ideas de dejar al béisbol, entonces él me recomendó que me fuera con esta gente, porque Cervecería era una empresa muy importante y grande, que ahí podría crecer mucho.
La cervecería quería que yo me fuera temprano para poder armar toda la oficina, y empezar a trabajar.
Dejé al equipo de Yucatán alrededor de junio, vine a Guaymas a trabajar toda esa temporada de invierno del 81.
La cervecería me pidió que yo les ayudara ya que en verano tenían tres equipos que eran, Chihuahua, Monterrey y Ciudad Juárez; me solicitaban que yo empezara a trabajar ahí en los tres equipos, más bien Ciudad Juárez y Chihuahua, porque decían que en Monterrey estaban ellos y que no había necesidad de que yo estuviera apoyando.
Como no había gerente en Ciudad Juárez, me fui y ese año tuvimos la fortuna de ser campeones.
Al terminar la temporada, Chihuahua se viene para Monclava, entonces ya se quedó aislado Ciudad Juárez, la ciudad más cercana era Saltillo y está alrededor de doce horas, entonces era más difícil llegar, En 83 volvemos a llegar a la final y nos gana el equipo de Campeche.
Recuerdo la anécdota que la comentaba hace unos días; que estando yo jugando en la final contra Campeche acompañado de Vicente Pérez Avellá que era el propietario, habíamos convenido que el perdedor iba comprar la Champagne. Veíamos el juego, tranquilos en la primera entrada ya nos iban ganando 6-0 era el último juego, de la Serie de 7 juegos.
Estaba yo muy desilusionado, triste porque se estaba complicando ganar el campeonato y en la tercera o cuarta entrada un aficionado con algunas cervecitas de más subió las escaleras brincando sobre una barda, se quiso sentar arriba y se fue para atrás, se cayó de cabeza y pues se abrió el cráneo y salió toda la masa encefálica pues se nos murió en el séptimo juego, aparte de la paliza que nos estaban dando, nos rematan con ese accidente, entonces fue muy lamentable, 1983.
Repetimos en 1984, vamos a jugar la final contra el equipo de Leones de Yucatán en la serie final ganó Yucatán a Ciudad Juárez.
Pero en el play off jugamos contra Aguascalientes y obviamente que al día siguientes debíamos de tener descanso y al tercer día teníamos que abrir la serie final, estábamos ganando por una cantidad cómoda de carreras y algunas gentes, de seguridad del dueño del equipo de Aguascalientes, usted se acuerda de Raúl Medina, alguien los mandó, que no creo que a los propietarios se les hubiera ocurrido pensando que como ya estaban perdidos podían ganar alguna situación si causaban algún problema. Le dispararon a las lámparas del alumbrado para que se descompusieran y según ellos pensaban que al día siguiente se tendría que iniciar de nuevo el partido, lo único que hicieron fue hacernos daño, porque en lugar de haber tenido el día de descanso, al día siguiente tuvimos que reanudar el partido en la noche y no tuvimos descanso para abrir al día siguiente en Yucatán.
Nos fuimos en la noche por carretera de Aguascalientes a México dormimos algunas horas en el aeropuerto para irnos al juego, recuerdo que el juego era a las cuatro de la tarde en Mérida; no lo cambiaron y llegamos barridos a jugar y obviamente hubo complicaciones, además de que el pitcher de nosotros volvió a pitchear y pudo haber sido un día más de descanso, claro que no son pretextos, pero son anécdotas, apuraciones que se vivieron.
Llegamos con Yucatán, tenían un buen Equipo y nos ganaron en 6 juegos, abrimos en Juárez y terminamos allá, ya no nos dejaron regresar de Yucatán, es muy difícil para ganarles, en play off siempre ha sido muy difícil para ganarles allá en su casa.
Regresamos ese año del 84 y Juárez, como repito, estaba muy aislado de la Liga, la Cervecería Cuauhtémoc necesitaba abrir la plaza de Torreón, había mucho interés de llevarles béisbol.
Al equipo de Juárez se lo trajeron para Torreón para que estuvieran más cerca de todos los demás componentes y ahí estuve con el equipo de Torreón en 1985.
En noviembre del 85, me vine para Monterrey invitado a trabajar, fue cuando Pepe Maiz junto con Pepe Carlos Martínez compraron, la mayoría de las acciones a la Cervecería.
Yo no conocía a Pepe Maiz, a Pepe Carlos lo conocí en Torreón ya que Sultanes había ido a Torreón y me tocó atender a Beto Maiz y a Pepe Carlos Martínez y pues ellos se vinieron con buena idea de mí y a Pepe lo conocí en algunas juntas pero no había tenido relación con él.
La gente de la cervecería habló con Pepe y me recomendó, ellos influyeron y me trajeron para noviembre del 85, aquí a Monterrey para iniciar la temporada del 86.
Ese año nos tocó cambiar el 85 % de la estructura del equipo, y tuvimos nuevos jugadores, llegamos a la final contra los Ángeles Negros de Puebla con Willy Aikens. Aquí también nos eliminaron con algunos problemillas que hubo pero el equipo de Puebla era muy poderoso y hasta la fecha me siguen aguantando aquí en Monterrey.
Dr. Cervantes.-A usted una vez me lo encontré en el aeropuerto de la Ciudad de México, su selección y yo salíamos para la Habana, Cuba y el entonces Presidente de la Liga Mexicano Sr. Raúl González le pidió a usted que me acreditara en la Habana y usted lo hizo gentilmente, me invitó incluso a comer con ustedes en el Hotel Melia que está frente al Malecón, ya después ustedes se fueron para Olguín y yo me quedé con el gran locutor de béisbol Sr. Roberto Pacheco y con el Sr. de televisión Héctor Rodríguez que después supe que había tomado parte en el Equipo del Tigres, no se cómo estuvo pero hay una relación de Héctor de la televisión cubana con El Tigres del Ingeniero Peralta.
Posteriormente en el mismo Hotel nos reunimos a platicar con Eddy Martin, muy famoso en Cuba, el Sr. Aldo Notari, Presidente del IBAF, que ya murieron los dos) y yo que sigo aquí vivo. Desde esa vez tuve el concepto de que usted es una persona muy sencilla, muy amable y sobre todo muy capaz, usted iba representando a la Selección, por ahí me acuerdo que estaba también los señores Mike Brito y Che Reyes.
En el Aeropuerto Jose Marti, Habana Cuba, de Izquierda a Derecha:
Lic. Roberto Magdaleno, Vicepresidente del Equipo Monterrey,
Che Reyes Manager de la Selección de México, Mike Brito
y Dr. Jaime Cervantes Pérez
De Izquierda a Derecha: Eddy Martin, Aldo Notari,
Dr. Jaime Cervantes y Roberto Pacheco
Puebla, Puebla, 30 de Octubre de 2003
Desde entonces le guardo un muy especial agradecimiento y siempre que me han preguntado por usted, siempre he dicho que es usted una persona sencilla, y capaz y un gerente muy profesional dentro del béisbol.
PUEBLA, MÉXICO, A 26 DE MARZO DE 2008
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